Román Windows & Doors saborea la edad madura con un crecimiento económico del 50% en los últimos dos años. Desde Casares, emplea a más de 130 trabajadores, factura en torno a los 12 millones de euros anuales e instala puertas y ventanas en localizaciones como Marruecos, Andorra o Italia. «Compensamos la caída de la demanda nacional con proyectos en el extranjero», explica Marcos Román, CEO de la firma.
Hijo del fundador, José Luis Román, confiesa que no es la situación actual: «Después del covid, la madera se ha puesto de moda», afirma, «y nos centramos en la producción nacional». No obstante, su modelo de negocio plantea dos fórmulas para exportar: «Por un lado, hablamos de la exportación continua, suministrando productos a otros carpinteros que lo instalan, y, por otro, desarrollamos proyectos concretos en un país determinado».
Bajo este último método, Román Windows & Doors está presente en ciudades de Noruega, Francia o Emiratos Árabes Unidos, donde ha desarrollado varias obras en Dubai. «Son proyectos de villas, adonde se desplazan nuestros técnicos y trabajan de forma personalizada como si lo hiciesen para una obra cercana en Marbella».
Román Windows & Doors emplea a más de 130 trabajadores y factura en torno a 12 millones de euros
La empresa, cuya fabricación mantiene en la pequeña localidad de Casares, tiene puntos de venta en Madrid y Barcelona, y presencia comercial, además de en las citadas, en Cádiz, Baleares o Marruecos. «También tenemos empresas auxiliares que fabrican en Ronda, algunos pueblos de Cádiz o Coín», añade Marcos.
La hipersegmentación, asegura el propio CEO, les ha permitido disfrutar de un «crecimiento estable». «No es una producción en masa y eso hace más fácil superar las crisis porque hacemos un producto muy personalizado», argumenta. Román Windows & Doors se dedica a la carpintería de alta gama, lo que le permite esquivar los vaivenes propios de los ciclos económicos especialmente vinculados al sector de la construcción.
La empresa mantiene una producción mecanizada, automatizada y digitalizada al milímetro con una renovación constante en maquinaria y tecnología. «Queremos conseguir acabados perfectos y diseños únicos», indica Marcos.
No obstante, la falta de mano de obra cualificada y la complicada logística de la zona impiden un crecimiento mayor. «Podríamos crecer hasta los 15 millones de euros porque la demanda nos lo exige», señala el CEO, quien recuerda que los costes de producción no han afectado en demasía a la empresa: «La electricidad solo supone el 3% de nuestro presupuesto de gastos».
Marcos Román, CEO de la firma, vivió un crecimiento exponencial con el boom urbanístico de la Costa del Sol de los años 80 y 90.
Los primeros pasos de la empresa datan de 1979, cuando José Luis Román inaugura su primer taller propio.
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