Las Navidades pasadas vendieron 40.000 sudaderas, pero el reto de los comienzos de Harper & Neyer fueron mucho más modestos: llegar a vender 6.000 euros antes de final de año de un 2013 en el que Nabil Salah junto con dos socios más se embarcaron en una historia de superación, de estilo, y sobre todo, de aprendizaje continuo.
«La clave está en no parar. Pase lo que pase, si sigues trabajando, lo peor nunca llega. Lo peor llega si te paralizas»
Nabil comenzó a tejer la idea durante sus años universitarios en Madrid y su paso por Inglaterra terminó la compostura: observó un cliente con interés en cuidarse y vestir bien. Sin embargo, llevar ese estilo del westend londinense a Málaga no fue tarea fácil. «Aquí el estilo era mucho más playero», explica. Pero fue precisamente esa diferencia lo que le motivó a introducir una propuesta innovadora.

Ni Harper ni Neyer existían antes de que Nabil Salah los ideara. El nombre no responde a ningún significado personal, sin embargo, evoca curiosidad. «Siempre quise crear una marca que resonara a nivel mundial», cuenta, «y un nombre así genera la pregunta: ¿de dónde son?». Este fuengiroleño de 38 años proviene de una familia dedicada al comercio y, aunque esto le dio las bases para entender la compra y venta de productos, él siempre quiso más. «No quería simplemente vender, quería crear una marca», afirma con convicción. Y esa marca no solo debía ser un negocio, sino una experiencia. «Para mí, la construcción de la imagen y el storytelling son fundamentales. La marca tiene que generar una ilusión, un sentimiento».
«No hay que correr antes de andar. Hemos esperado un tiempo para tener ese músculo y afrontar este plan. Vamos a hacer inversiones importantes y le daremos a la marca un salto cualitativo»
Su primer local se lo alquiló en Fuengirola a una señora que vivía en Madrid. Les advirtió que no tenía licencia de apertura, pero lo podían usar como almacén o taller. Impacientes por validar su producto, a las pocas semanas decidieron abrirlo y poner algunas prendas a la venta. “Es el cliente el que pone tu negocio en su sitio. Tienes que validar tu producto”, sentencia. “Nos duró poco, hasta que se enteraron y nos echaron. Con razón. No duramos mucho, pero aprendimos rápido», recuerda con humor.
Su siguiente local abierto al público (esta vez con todo en regla) recuerda haberlo montado sin experiencia y sin financiación bancaria. Tenían muy clara la idea, pero ejecutarla era otro reto. «En la tienda hacía de todo: visitaba a los proveedores, vendía a otras tiendas, diseñaba… Incluso planchaba en los ratos en los que no entraba nadie». Poco a poco, comenzaron a atraer a personas que se identificaban con el concepto, y en menos de un año ya habían abierto franquicias en Almería, Granada, Sevilla, Santander y Murcia. Estas aperturas no fueron parte de una estrategia predefinida. «Si te digo que sí, te mentiría. Fue simple oportunismo; quien se interesaba, entraba. Era 2015 y no supimos decir que no. Hoy no lo haríamos. Ni ellos tenían experiencia ni nosotros estábamos preparados para escalar el negocio», confiesa.

No negocia el sacrificio; ni el suyo ni el de sus colaboradores. Sus largas jornadas le han permitido alcanzar resultados. Confiesa que, al comenzar, tenían todas las probabilidades de formar parte de ese 90% de empresas que fracasan en sus primeros cinco años. ¿Las causas? La inexperiencia y la falta de confianza. «Si compras poco, vendes poco», admite como uno de sus errores iniciales, ya que no creyó en su capacidad para competir con marcas ya consolidadas en el mercado.
En 2018, Nabil asumió en solitario las riendas de la empresa, un momento de decisiones difíciles y endeudamiento. «La clave está en no parar. Pase lo que pase, si sigues trabajando, lo peor nunca llega. Lo peor llega si te paralizas», sentencia con firmeza.

En tan solo diez años, Harper & Neyer ha pasado de ser una pequeña empresa en Fuengirola sin licencia de apertura a facturar 12 millones de euros. Su éxito no se basa solo en la moda, sino en una filosofía que prioriza el esfuerzo y la capacidad de aprender de los errores.
El canal multimarca ha sido un pilar clave en el crecimiento de la empresa. Con más de 400 clientes y 25 puntos de venta en El Corte Inglés, Harper & Neyer ha logrado construir una sólida red de distribución que les ha proporcionado «músculo financiero y capilaridad». «Tenemos seis tiendas a pie de calle, pero queremos más», revela Nabil. La nueva etapa que están comenzando se centra en crear lo que él llama «templos», tiendas propias ubicadas en zonas prime de las principales ciudades del país, donde los clientes puedan identificarse no solo con las prendas, sino con el espacio mismo. “Hemos esperado un tiempo para tener ese músculo y afrontar este plan. No hay que correr antes de andar”, afirma.

Atento a la conversación y analizando los detalles estéticos de la entrevista está Chema, encargado de la imagen de la compañía y uno de los 28 integrantes del equipo gestor de Harper & Neyer. «Antes de que termine el año seremos treinta», afirma Nabil. Entre las nuevas incorporaciones se sumará una persona responsable del mercado internacional. Estos años la compañía ha sido inquieta y no han rechazado las oportunidades que surgieron del extranjero, aunque “debimos decir que no en algunas ocasiones. Esas oportunidades llegan, pero si no estás preparado, se desvanecen». Ahora sí se sienten listos para dar ese salto internacional. “Nuestra aspiración es convertirnos en una marca global, pero también estamos profundamente comprometidos con nuestra tierra, Málaga, donde hay un talento increíble”, sentencia. Su fabricación sí está en el exterior: el 70% en Asia, un 15% en Turquía y el 15% restante en la península ibérica, donde tienen compromiso de ampliar producción.
La tecnología, la informática y la inteligencia artificial son esenciales en el sector textil. «Nuestro departamento de informática automatiza procesos y analiza datos, facilitando decisiones más precisas». La IA no solo inspira diseños, sino que también optimiza la comunicación y el análisis de ventas. «Lo que antes tomaba horas, ahora se hace en un abrir y cerrar de ojos, permitiéndonos innovar sin parar», finaliza.
¿Cuántos puntos de venta tenéis?
En el canal multimarca, canal tradicional de agentes comerciales, tenemos cerca de 400 clientes. Luego está El Corte Inglés, donde tenemos actualmente 25 corners en toda la península y las islas.¿Tenéis tiendas propias?
Tenemos seis tiendas a pie de calle. En este canal hemos creado un plan estratégico para
abrir tiendas en zonas prime. Queremos montar ‘templos’, donde el cliente se sienta identificado con este espacio. Vamos a hacer inversiones importantes y le daremos a la marca un salto cualitativo.
Identificado con las minorías ganadoras
Nabil Salah estudió ADE en Madrid y durante su primer trabajo en una empresa tecnológica fantaseaba con la idea de emprender. La filosofía de Harper & Neyer se basa en descubrir en qué eres bueno y disfrutar del proceso. “Nos gusta salir de la zona de confort, recibir críticas constructivas y mejorar”, comenta.
El equipo no busca crear una empresa para venderla, sino disfrutar de cada paso y sentirse orgulloso cuando una celebridad elige sus prendas o les invitan a un evento. «Nos gustan esas minorías que se sienten ganadoras. Porque lo hemos vivido. Nuestro mantra es celebrar quién eres», dice Nabil, recordando que no lo hacen por dinero, sino por la diversión de crear algo auténtico.
Una empresa total look
Harper & Neyer ya se ha hecho un hueco en la moda masculina, pero Nabil tiene otros planes bajo la manga. «Somos total look», afirma con entusiasmo, señalando su deseo de convertir la marca en un referente para diferentes líneas de negocio. Ya han anunciado una colección de moda infantil para la próxima temporada, y aunque una línea femenina no está en los planes inmediatos, Nabil deja abierta la posibilidad. «No es el momento, pero podría ser mañana mismo», comenta con una sonrisa.
La visión de Nabil y su equipo no es crear una empresa para venderla, sino disfrutar del proceso. Este incluye desde la atención a cada detalle en las prendas hasta la implementación de tecnología e inteligencia artificial, que consideran clave para el futuro del sector textil. Harper & Neyer no quiere ser solo «juvenil», sino un clásico renovado para hombres que se sienten jóvenes, diferenciándose así en un mercado de moda masculina algo saturado.
La entrada Harper & Neyer: de vender 6.000 euros a soñar con la 5ª Avenida se publicó primero en Vidaeconomica – Revista económica de Málaga.