Las ciudades que lideran la innovación, el desarrollo y la investigación están preparadas para dar forma al futuro. Málaga, que se ha redefinido a sí misma en los últimos 25 años, es una de ellas.
Antes conocida simplemente como ‘Puerta de la Costa del Sol’, ha evolucionado hasta convertirse en una ciudad moderna, sostenible, con alta calidad de vida y reconocida como uno de los centros tecnológicos más dinámicos de Europa. No es fruto de la casualidad, sino de planificación estratégica, inversión, alianza entre administraciones y colaboración público-privada.
La creación de Málaga TechPark sentó las bases de su ecosistema industrial moderno y la ciudad se ha consolidado como destino atractivo para multinacionales tecnológicas, por razones logísticas, conectividad y capital humano: desde 2019, se han instalado más de 90. EPAM, Debra, Citigroup, Google o Vodafone son sólo algunos ejemplos.
Este avance tiene sus pilares en la Universidad de Málaga y en centros como el Polo de Contenidos Digitales que, unidos a la Red Municipal de Incubadoras, hacen de Málaga un entorno fértil para nuevas empresas y para el desarrollo profesional de los malagueños. Además, su compromiso con la innovación queda patente en las iniciativas de ciudad inteligente, volcadas en la eficiencia energética, movilidad sostenible y digitalización.
Gracias a este trabajo conjunto, Málaga vive su segundo Siglo de Oro. La llegada del Centro Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC), Hygreen Energy y Sermatec confirma su reindustrialización y avala su transición a actor destacado en el escenario mundial de la innovación y en áreas como la microelectrónica o las energías limpias.
Ello conlleva un aumento significativo de la oferta de empleo de calidad, que es uno de los principales objetivos del Ayuntamiento, y diversifica aún más la base económica de la ciudad, haciéndola más resistente.
Pero la tecnología por sí sola no crea oportunidades, son imprescindibles las personas y las empresas. De hecho, el éxito de Málaga se atribuye en gran medida al talento local y a su capacidad de atraer al foráneo. Y la educación desempeña un papel crucial.
De ahí, nuestra colaboración con instituciones del ámbito académico; iniciativas como Escuela 42, Go2Work, La Brújula y la Incubadora de Metaverso; y las acciones formativas del IMFE, Promálaga o la Oficina de la FP, que proporcionan apoyo y espacios esenciales para los emprendedores malagueños.
En definitiva, para aprovechar plenamente este momento, Málaga trabaja decididamente en garantizar que los beneficios de su progreso tecnológico sean compartidos por todos. Así, no sólo asegura su lugar en el panorama mundial, sino también crea un futuro más próspero y equitativo para la ciudadanía.
Alicia Izquierdo, concejala delegada de Innovación, Digitalización y Captación de Inversiones del Ayuntamiento de Málaga
La entrada El segundo Siglo de Oro para Málaga se publicó primero en Vidaeconomica – Revista económica de Málaga.