Tendrá un auditorio con sala inmersiva, una colección permanente de la historia de los videojuegos hasta el año 2003, exposiciones temporales con los productos actuales, un laboratorio para analizar el futuro que está por venir en el sector y un restaurante en el ático.
Las entradas cuestan de 9 a 15 euros, que ya se pueden comprar en la web, y se generarán 50 empleos directos.