Hace tres años contactamos con 25 proyectos emprendedores que estaban dispuestos a lanzarse en la aventura empresarial. Por el camino: una pandemia, desequilibrio en el abastecimiento tecnológico, incremento desmesurado de la inflación, una guerra que amenaza a la UE y una crisis energética. Mil días demasiado largos, ¿habrán sobrevivido?
Málaga lidera la actividad y la dinámica emprendedora de toda España. Un tópico de los últimos meses basado en datos reales: el 4% de su población participa en una actividad emprendedora y el 8,1% tiene intención de montar una empresa.
Según el último informe de emprendimiento presentado, en torno al 2,7% de las empresas creadas tuvieron que cerrar antes de alcanzar los 42 meses
Son datos del último informe del Observatorio del Emprendimiento, el primero con mascarilla frente al covid. Ambas cifras superan tanto la media andaluza como la española, cuya participación en la germinación empresarial es casi la mitad.
Solo en una de las 10 incubadoras que conviven en la provincia de Málaga habitan 36 empresas simultáneamente con una andadura menor a los tres años, línea roja entre el éxito o la disolución.
Con todo, tanto en estas 404 oficinas repartidas por la geografía malagueña como de manera autónoma, la tasa de actividad emprendedora es del 7% en la capital y del 6,1 en la provincia. También superior a la española (5,2%) y la andaluza (4,9%).
No obstante, no todas alcanzan una metamorfosis en positivo. Y la tasa de abandono en Málaga también es superior a ambas medias de referencia. En concreto, según el último informe presentado a principios de este año, en torno al 2,7% de las creadas tuvieron que cerrar antes de alcanzar los 42 meses. Entre los motivos, destaca la (escasa) rentabilidad del negocio (31%).
En este sentido, el director de la incubadora BIC Euronova en Málaga, Álvaro Simón, explica: “En los primeros años se necesita mucho consumo de fondos al no tener clientes fijos”.
¿Por qué emprenden los malagueños? El 70% por las condiciones laborales y la dificultad para encontrar trabajo. ¿Las encuentran? Hablamos con las 25 empresas que antes de la irrupción de la pandemia iniciaban su andadura.
Iurban: Triplican su facturación
Iurban ha pasado de tener un valor que no llegaba a los tres millones de euros a alcanzar los ocho y dar empleo a 20 personas. “Hemos crecido el triple con la pandemia”, cuenta Andrés Martínez, CEO de esta firma que está digitalizando el turismo de 300 municipios en España y otros tantos hoteles.
No obstante, tuvieron que diversificar su modelo de negocio: “Antes trabajábamos con tabletas instaladas en las habitaciones, cuando la gente no quería tocar nada nos pasamos al software”, explica. Todo nació de iRestaurant, que facilitaba el pago y la comanda desde la mesa de un restaurante, pero que fracasó con el inicio de la pandemia “porque no se puede competir con lo gratis”.
Froged:16 trabajadores de ocho nacionalidades
Froged ya ha alcanzado un valor de cinco millones de euros. Liderados por Emily G. Cebrián, comenzaron a comercializar con regularidad sus servicios de SaaS en enero de 2020. “Lo que pensaba que era una desventaja se convierte en ventaja”, reflexiona esta empresaria que da empleo a 16 trabajadores de ocho nacionalidades distintas.
Su principal mercado es el latinoamericano “por la escasa competencia en español” y por la cultura similar. En Europa, trabajan con regularidad en España, Alemania y Suecia. BBVA reconoció su labor el año pasado con su Premio Evolución.
Invertidos: de Málaga al sudeste asiático
Los chicos de Invertidos erraron en el formato cuando lanzaron su fintech dedicada a la compraventa de participaciones de empresas no cotizadas. “Intentamos replicar lo que se hacía en EEUU, pero en Europa las cosas no funcionan igual”, analiza Francisco de la Peña, CEO de la entidad.
Gestionan en torno a siete millones de euros y cuentan con 21 compañías en el sudeste asiático, donde ahora están focalizados en sus dos modelos de negocio: la de asesores en programas de liquidez y rondas de financiación, y la de inversores propiamente dicho: “Somos oportunistas por naturaleza”.
Rafael Ventura. Vicerrector de Innovación social y Emprendimiento de la UMA
“Los resultados favorables derivan en startups con alto potencial de crecimiento, o bien son absorbidos por grandes corporaciones”
Bumpers: el mayor crecimiento: 487% en dos años
Nunca las camisas guayaberas estuvieron tan de moda. Los tres malagueños que fundaron Bumpers ya venden en Abu Dhabi y ahora estudian nuevas aperturas en Doha y Catar. Comenzando como tienda online, ya tienen ubicaciones físicas en colaboración con otras firmas en varias localizaciones de España. Y en Málaga: una tienda propia en la céntrica calle Sancha de Lara. Con todo, han conseguido crecer su facturación en un 487%.
Loonfy: siguen adelantando tu nómina
Cobrar la nómina antes de final de mes no es un mal plan. De hecho, es el planazo de Loonfy, una plataforma web donde los empleados cobran su salario cuando ellos estiman oportuno, sin necesidad de esperar al día de cobro.
Su CEO, Oskar Rodríguez, explica cómo aguantaron durante la pandemia invirtiendo en marketing, cursos y publicidad de la iniciativa, pero de momento no han llegado al objetivo que pretendían alcanzar a estas alturas: la internacionalización.
Sí que afirma que han crecido en clientes y en equipo y que plantean diversificar el proyecto para que la empresa no tenga que intervenir en el proceso, como hasta ahora. ¿Por qué? “Hay más empleados que lo necesitan que empresas que lo vean necesario”, concluye.
Nicehop: un spin-off le salvó la vida
De estar de brazos cruzados durante la pandemia a duplicar su facturación de 2019. Es la historia de Nicehop, una agencia de viajes que tuvo que usar la inteligencia artificial para encontrar chollos personalizados y enviarlos por WhatsApp a los usuarios.
Durante la crisis sanitaria tuvieron hasta seis empleados en situación de ERTE y desarrollaron una ‘spin-off’ de su aplicación para la Universidad de Málaga a modo de chatbot de dudas.
Ahora, plantean volver a su esencia: “Lo de la pandemia era un parche”, comenta Nacho Martín, CEO de la empresa. Él mismo adelanta que este mismo septiembre decidirán si se integran en una empresa con mayores recursos o se instalan en Lanzadera (Valencia).
Biofy: fuga de talento a Estados Unidos
Sol, playa y gastronomía. Quedarse en Málaga siempre es una opción, pero las patentes en Estados Unidos están más cotizadas. Este es el principal motivo por el que la firma Biofy estudia mudarse al país norteamericano después de haber crecido “exponencialmente” con especial foco en Europa, África y América.
“La propiedad intelectual en España tiene poco valor”, lamenta el CEO de Biofy, Fernando Marías, que cuenta cómo durante la pandemia tuvieron hasta que cerrar la página web porque no podían atender a tantos clientes. Se ha relanzado este septiembre.
Chekin: 22.000 propiedades bajo su gestión
El contacto cero no solo salvó vidas durante la pandemia, también lo hizo con las experiencias turísticas. “Esperábamos que iba a ser peor, pero solo caímos un 15%”, confirma Carlos Lagares, CEO de Chekin, una empresa sevillana que estuvo alojada en sus comienzos en el Programa Minerva y en la Red Málaga Business Angels.
Precisamente su desarrollo tecnológico permite hacer el check-in sin contacto en cualquier alojamiento: “La pandemia ha acelerado los procesos online y nos ha beneficiado”, asegura. A los cuatro meses desde el inicio de la crisis sanitaria comenzaron a crecer y, de momento, han cuadruplicado su negocio, ya están presentes en 22 países y gestionan hasta 22.000 propiedades. España, Portugal, Emiratos Árabes Unidos e Italia son sus principales mercados.
Pilarbox: hacia un centro de producción propio
Pilarbox ha desarrollado dos modelos más de servilleteros digitales. Con el presidente de AJE como director y fundador, José González, la facturación se ha multiplicado por diez y ya cuenta con 20 empleados.
“Hemos abiertos los ojos y somos mucho más flexibles”, argumenta González, que, a pesar de tener ofertas internacionales, prefiere seguir consolidando su mercado en Andalucía.
“Nunca se llegan a alcanzar del todo los objetivos, pero sí estamos satisfechos por estar cambiando los hábitos de los consumidores”, afirma. Entre sus aspiraciones a medio plazo, estudian la creación de un centro de producción propio con otro aumento del 15% de su plantilla.
Fiixit: próxima parada-integrarse en una ‘grande’
En Fiixit Orthotic Lab diseñan y fabrican férulas de inmovilización impresas en 3D como alternativa de la escayola. La pandemia les permitió poner a prueba de fatiga y estrés a las 15 máquinas 3D con las que trabajan: “Nos pusimos a hacer mascarillas”, cuenta Raquel Serrano, CEO de esta firma afincada en Alhaurín de la Torre.
Su facturación se duplicó en 2021 y confían en que la tendencia sea similar cuando finalice este año. “Estudiamos dar el salto internacional, pero para ello nos queremos unir con una empresa más grande”, confirma a esta revista.
Avias airfield engineering: la aeronáutica malagueña vuela
Málaga también se está consolidando en el mercado de la aeronáutica y aquí Avias Airfield Engineering tiene mucho que ver. Especializada en proyectos de ingeniería y consultoría aeroportuaria, ayudando al desarrollo de estas infraestructuras y a tomar decisiones, no han dejado de crecer durante la pandemia y han sumado a su cartera de clientes más subcontratos de servicios.
Airproturf: la fiebre del pádel no se enfría
Juan Jesús Cano no ha captado nuevos clientes, pero tampoco ha perdido a ninguno. Dirige AirProTurf, una empresa ubicada en Antequera que desarrolla césped artificial y maquinaria para su cuidado y regeneración hasta el punto que lo devuelve a su estado inicial.
“Nos ha ido muy bien, solo paramos aquel mes obligatorio”, recuerda mientras confirma que la actividad, facturación y empleados suman datos idénticos a los de antes de la irrupción de la pandemia.
Genengine: auge de la digitalización sanitaria
Digitalización sanitaria. Rebuscando en lo positivo de la pandemia está el interés por la mejora de la sanidad en general y su optimización en particular. Y esta pasa por la digitalización. En concreto, Genengine plantea una solución tecnológica para facilitar el diagnóstico de enfermedades raras, y la crisis del coronavirus les ha abierto una oportunidad.
No obstante, la falta de financiación debido a la paralización de los proyectos les obligó a prescindir de parte del equipo, y han conseguido sobrevivir gracias al ámbito académico: “Había mucho interés y hemos dividido esfuerzos para también participar en proyectos de investigación”, cuenta Ana Medina, fundadora. Ahora, planean seguir colaborando en hospitales y firmar convenios con empresas de mayor envergadura.
Beam estudio: volver a los orígenes para triunfar
El sueño del estudio de arquitectura BEAM, con influencia en la Axarquía y costa granadina, vio en la pandemia la oportunidad para especializarse en lo que desde los comienzos habían deseado: la rehabilitación y la bioconstrucción.
La pandemia tampoco les rebajó el ritmo de trabajo: “Tuvimos muchas peritaciones de seguro porque la gente pasaba mucho tiempo en casa y se daba cuenta de los desperfectos”, bromean Jesús Moral y María José Bustos, fundadores del proyecto. Lo que ha cambiado es el perfil del cliente: “Antes trabajábamos más con empresas y ahora lo hacemos con particulares”, sentencian.
Tuso: un producto físico en la era digital
“En España, la inversión en startups está mayormente centrada en el producto digital”, es la principal conclusión de Álvaro Millán, CEO de TUSO, empresa que ha tenido que pivotar en varias ocasiones por los obstáculos que se ha encontrado para desarrollar este proyecto háptico.
Realmente no han abandonado la idea de crear una solución tecnológica innovadora para transmitir información a través del tacto a con el fin de mejorar la experiencia humana. No obstante, todavía siguen convenciendo a los inversores.
“La inversión necesaria para desarrollar un producto físico es mucho mayor a uno meramente digital y en la búsqueda de financiación este aspecto asusta mucho porque si algo sale mal, las pérdidas son mayores”, concluye. A este principal obstáculo, mientras esperan a construir de nuevo la viabilidad del producto, se unen aspectos legales y técnicos.
Predictiva: las pymes también nos necesitan
Uno de los mayores aprendizajes de Predictiva fue lanzar productos también ideados para las pymes o las startups, “no solo captar grandes cuentas”. El CEO de Predictiva, Pablo Enciso, lamenta que la pandemia los haya ralentizado por la congelación de algunos proyectos.
Aún así, se alegra de haber casi triplicado su equipo (de 11 a 28 personas), haber duplicado la inversión, que asciende ahora a cinco millones de euros y añadir otros dos módulos más a sus oficinas en Green Ray del PTA, donde ahora disfrutan de cuatro. ¿Lanzados al éxito? “Atendiendo a estos números, sin duda”.
Ikicode: Cambio de rumbo como supervivencia
Ikicode tuvo que reinventarse para salvar la pandemia. José Manuel Márquez ahora está al frente de Código Base. “Durante la pandemia sufrimos porque no había networking y tuvimos que reinventarnos y promocionarnos a través de redes sociales”.
La idea inicial de diseñar interfaces ha evolucionado a otra de software de creación de aplicaciones móviles. Con su antigua empresa facturaba 40.000 euros, ahora duplica la cifra, pero confiesa que no ha cumplido el objetivo inicial: “Querría tener un equipo de dos o tres personas”. De momento, subcontrata freelance.
«La idea inicial debe ser cuestionable en todo momento»
Álvaro Simón, director de Bic Euronova
Las claves…
Líder. Todas las fuentes consultadas coinciden en que un buen líder es la base del éxito. “Se requiere de capacidad para identificar y ejecutar cambios en el modelo de negocio original”, evalúa Rafael Ventura desde la vicesecretaría de Innovación Social y Emprendimiento de la UMA.
Experiencia. Aterrizar en una pista de emprendimiento es mejor si después del periodo de formación teórica has trabajado. “Las grandes empresas son escuelas de emprendedores”, afirma Álvaro Simón, director de BIC Euronova.
Modelo de negocio. Es imprescindible que la startup mantenga actualizada su hoja de ruta o tenga claro su modelo de negocio, aunque “el equipo debe ser crítico para explicar la resiliencia y la plasticidad del proyecto”, comenta Ventura.
Cuota de mercado. Para Francisco Salas, director gerente de Promálaga, es la palanca imprescindible una vez superado los tres años. “A esas alturas es un factor determinante que los clientes hayan ya validado la propuesta y tu producto o servicio haya encontrado un hueco”, sentencia.
¿Y a los tres años… qué?
Genengin, Nicehop o Fiixit son algunas de las empresas que están estudiando incrustarse en una firma de mayor envergadura. Para algunos, una evolución natural. “Se trata de una opción ganadora al entrar en un mundo con referencias de clientes con un partner muy solvente que le va a permitir un crecimiento importante”, evalúa Álvaro Simón, director de BIC Euronova.
Entre los argumentos negativos, se encuentra “la renuncia a la totalidad de los resultados futuros del proyecto”, como argumenta Rafael Ventura, vicepresidente de Innovación Social y Emprendimiento de la UMA.
No obstante, ese grado de libertad puede variar en función a las fórmulas para desarrollar esta operación pueden ser distintas: integradas en un departamento, como proveedor o por proyectos específicos.
“Aliarse con una empresa grande puede proporcionar a las startups vías rápidas de acceder a mercados a los que les cuesta llegar por sí solas, acceder a financiación en mejores condiciones y acceder a personas con experiencia en gestión”, concluye Francisco Salas, gerente de Promálaga.
Las que no llegaron…
Prepandemia. Hack Me Up, la firma que aspiraba a conectar los mejores desarrolladores con las mejores ofertas de empleo desapareció antes de que conociese los efectos económicos de la irrupción del coronavirus.
Talento sin dinero. Jesús Vivas siempre ha tenido un espíritu emprendedor, pero la falta de financiación le impidió cuajar un equipo técnico talentoso para desarrollar Woomi, su plataforma de alquiler. Ahora trabaja en una empresa ayudando a emprendedores a dar sus primeros pasos en el mercado.
Un respiro. Los dos socios de Agron siguen dedicados a la investigación y desarrollo para su empresa, pero la pandemia les ha hecho pulsar el botón de cese de actividad por falta de ingresos debido a que gran parte de sus clientes eran administraciones públicas y estas tuvieron que dedicar esfuerzos y atención a otros asuntos. Esperan reiniciar pronto.
Semiconductores. La crisis de los microchips ha hecho que Manuel Reinoso apague el motor de Emermotion, que pretendía diseñar y fabricar dispositivos telemáticos para automóviles.
Huida. Algunos integrantes de Richard Palmer, marca de camisas de algodón antimanchas dirigidas al sector hostelero, se han marchado y Ricardo García, fundador del proyecto, asegura que lo mantiene en ‘standby’ con la intención de relanzar el producto en 2023.
Confinamiento. Con el planeta luchando contra el coronavirus, la población dejó de viajar y Yumego, una agenda de viajes que conectaba a personas con intereses similares, tuvo que echar el cierre ante la falta de liquidez para seguir desarrollando la aplicación.
Sin rastro. Doctolibre, firma que aspiraba a agendar citas médicas a través de una app, y Trynap, una aplicación deportiva destinada a gimnasios, están en paradero desconocido y venden su dominio en internet.
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