Cicatrices y diplomas. Unos prefieren lo segundo, otros reconocen lo efectivo de lo primero y Francisco Barrionuevo colecciona ambos. “He pasado por situaciones muy difíciles”, asegura en su despacho. Al presidente de Grupo Novaschool le rodean premios, fotografías, títulos universitarios y una grabadora: “Evitamos a toda costa que el alumno elija la carrera que tiene más salida. La vida cambia mucho y hay que seguir aprendiendo”.
«Nuestro target no es elitista, buscamos un público medio que quiere apostar por una buena educación en valores y nuevas tendencias»
Él lo sabe: economista, profesor y abogado. “Conocer nuevos campos del saber te da vitalidad”, afirma. Eso y trabajar en el sector educativo: “Supone un retorno emocional enorme, mis amigos me tienen envidia sana por eso”. Y por los 25 millones de facturación.
A su izquierda se sienta su hija. Marina Barrionuevo es la actual vicepresidenta de un grupo que cuenta con 11 centros educativos en España y 3.839 alumnos matriculados en una misma filosofía educativa. “El alumno hoy en día tiene que ir trabajando las soft skill en edades tempranas y los profesores nos encargamos de desarrollar proyectos experienciales”, comenta Francisco. Su experiencia se remonta a cuando en Málaga TechPark había más jabalíes que tecnológicas. “Nos ha impactado ese crecimiento tan brutal que ha tenido Málaga, que ahora es una marca renombrada”. De momento, mejor que la andaluza. “Por desgracia, [la comunidad] todavía no tiene tirón, pero a Málaga la asocian con una ciudad emprendedora, capaz de renovarse y tirar adelante”.
Lo que hizo él cuando tuvo que lidiar con la liquidación de NovaSoft, su primera iniciativa empresarial de éxito cuyo fatal destino marcó la crisis de 2008. “Era la compañía madre y la iniciativa educativa formaba parte de una estrategia de diversificación”, explica. Hoy, se centran exclusivamente en el sector educativo. “De la cuna a la facultad”, puntualiza Marina.
«El alumno puede compaginar currículum español e inglés y obtener doble título al terminar su etapa de bachillerato»
Novaschool ofrece formación bilingüe desde bebés hasta los 18. “Salen con una capacidad, una habilidad y un conocimiento muy por encima de la media del mercado”, asegura.
Un proyecto que, desde sus inicios, se sustenta en el desarrollo tecnológico. “Desarrollamos un modelo de negocio innovador que se trasladaba en un modelo educativo también innovador”, recuerda Francisco Barrionuevo. Y es que el germen de Novaschool fue el desarrollo de uno de los primeros campus virtuales de España a través de la extinta NovaSoft. “Nos acercamos aquí por una circunstancia y rápidamente vimos que podíamos tomar un camino diferente: no fue una diversificación buscada”, recalca.
Lo que sí busca y alcanza es la calidad. A la colección de cicatrices y diplomas se le suman las certificaciones. La última, la excelencia EFQM, que acredita su desempeño en dirección, ejecución y resultados. Hito del que también es responsable la solución tecnológica que vela por la coordinación y el control de toda la actividad del grupo. “MyAgora es un ERP educativo que implantamos en todos los centros”, expone Francisco Barrionuevo, que lidera un organigrama en el que en cada colegio disfruta de una dirección educativa independiente que “tiene mando en plaza”.
Con ellos y con los diferentes departamentos mantiene comunicación directa a través de la citada herramienta. “Eso te da una posibilidad, primero, de saber que se va a implantar el modelo Novaschool y, segundo, de que vas a tener la seguridad de control”.
Y es que Francisco Barrionuevo trabaja para no caer en la tendencia de escepticismo que comienzan a desarrollar –bromea– “las personas mayores”. Su experiencia es la responsable de esta última faceta. “Me sirvió para replantearme la vida, ya que era cauteloso, pero ahora redoblo mis esfuerzos en toda la parte legal”, sentencia el profesor, empresario y “abogado ejerciente” que deja ver más diplomas que cicatrices, pero que reconoce lo efectivo de lo segundo sobre lo primero. Sobre todo en la soft skill que más valora y aspira a transmitir: la de aprender a aprender. “Hice mi segunda carrera ya metido en años. ¿Esa es la línea que debe seguir la sociedad, no? Seguir aprendiendo”.
¿Dónde está presente Grupo Novaschool?
Los principales colegios los tenemos en Málaga, aunque también estamos presentes en Granada y Almería. Tenemos una pequeña escuela infantil en Lanzarote y recientemente hemos abierto otro centro en Valencia.
¿Cuál es la estrategia de expansión?
Las oportunidades van surgiendo, pero estamos consiguiendo desarrollarnos en el arco Mediterráneo, que está creciendo en número de habitantes frente la despoblación de las zonas interiores.
¿Qué objetivos plantea?
A nivel nacional, a pesar de que están aterrizando grandes compañías, nosotros estamos entre las 15 mejores. Nuestra idea es seguir creciendo en la medida de lo posible y de forma equilibrada, pero tenemos clarísimo que el crecimiento va a ser manteniendo el proyecto en manos de la familia.
¿Qué ventajas da seguir siendo empresa familiar?
No tener interferencias o imposiciones del capital o de terceras personas que pueden hacer cambiar el recorrido. Eso le da tranquilidad a las familias que apuestan por Novaschool. Saben que detrás del proyecto están profesores y empresarios que tienen esa sensibilidad por este tipo de actividad.
¿Es indispensable ser profesor?
Para liderar esta empresa tienes que estar en el aula. Mi hija, Marina Barrionuevo, vicepresidenta del Grupo Novaschool, hizo Matemáticas y el máster de profesorado. Es importante para poder ver el negocio.
«Más profesor que empresario»
Francisco Barrionuevo se considera más profesor que cualquier otra cosa, pero confiesa que la de Economía “es una de las carreras más completas”. Es la que le ha permitido gestionar empresas de diferentes áreas, aunque ahora reconoce un matiz: “Es conveniente hoy día que los gestores sean también técnicos y que dominen eso que desarrollan”.
Él nunca fue tecnólogo, pero ahora sí es profesor: “Trabajé para poder tener esa doble visión del negocio”. También porta las gafas de abogado por aquello del ‘nunca más’. “Sufrí un escarnio público y una injusticia enorme por unas denuncias que no estaban soportadas por pruebas ni por indicios, pero me tocó vivir esa experiencia”. Una cicatriz cerrada por una sentencia firme que confirma su inocencia. “También me considero abogado ejerciente, aunque no estoy defendiendo a nadie, sí lo ejerzo en mi empresa”.
Pionero en la Málaga ‘Tech’ de hoy
Francisco Barrionuevo presume de ser uno de los primeros habitantes de Málaga TechPark. NovaSoft, a principios de los 90, inauguró la incubadora BIC Euronova, que ya ha visto nacer a más de medio millar de firmas malagueñas. “Es un orgullo a pesar de todo lo que pudo pasar depués”, afirma a Vida Económica.
Aunque su idilio con la tecnópolis malagueña no terminó tras la experiencia de la citada tecnológica, sino que allí abrió en 2012 una escuela infantil, Novaschool Sunland. “Siempre hemos tenido cierto ligazón con el Parque Tecnológico”, afirma emocionado Barrionuevo, quien también trasladó su visión tecnológica al ámbito educativo y que ha ejercido de germen en otros hitos que han marcado la historia de Málaga. “Uno de los proyectos más bonitos ha sido impulsar la Fundación Manuel Alcántara”, dice mientras señala la foto de la inauguración junto al maestro de las letras. Un retrato de los muchos que atestiguan su despacho. Y otros que llegarán.
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