Del verde… ¿al negro? Las dificultades del agro malagueño

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Los datos de exportaciones agroalimentarias desde Málaga hacen presagiar que el campo malagueño vive uno de sus mejores momentos. En cambio, la escasez de agua, la implantación de la nueva PAC y la escasa rentabilidad está mermando una actividad que no descarta crisis de abastecimiento. Sentamos a tres de los principales actores del campo malagueño a debatir sobre el horizonte del agro en la provincia.

En los últimos 200 años, Málaga ha pasado de tener 120.000 ha. de viñedo a escasamente 3.000. «No solo se ha perdido la producción, sino el uso y las costumbres», matiza el presidente de la Denominación de Origen Vinos de Málaga, José María Losantos.

Es el reflejo más radical del cambio en el paisaje del campo malagueño, que se ha acentuado en los últimos años por un elemento que nadie quería que se uniera a la fiesta: la sequía. «La gestión del agua es fundamental para el futuro de la agricultura», insiste el director general de DCOOP, Rafael Sánchez de Puerta.

De momento, la falta de agua ha hecho reducir casi a la mitad la cosecha de aceituna con respecto al año pasado y la falta de rentabilidad está conduciendo a un cambio en las explotaciones: los herbáceos (cereales) se convierten en leñosos (principalmente en olivo) y estos, a su vez, en hiperintensivos.

Lo avalan los datos: «El cultivo que más superficie ocupa en Málaga es el olivar con 130.000 ha.» que ha tenido un incremento de 10.000 ha. en los últimos años, «mientras que los herbáceos han descendido desde las 90.000 ha. hasta las 55.000 ha. aproximadamente».

Son palabras del presidente de ASAJA Málaga, Baldomero Bellido, que acompaña a los otros dos protagonistas citados en un debate sobre el campo malagueño.

Con Uppery Club como testigo, tanto ASAJA como DCOOP y D.O. Vinos de Málaga alertan sobre el incremento de los costes, la escasa rentabilidad, el nulo relevo generacional, la necesidad de infraestructuras hídricas y, el último escollo, la entrada en vigor de la nueva Política Agraria Común (PAC). «En la Unión Europea no se defienden nuestros intereses», sentencia Losantos.

La nueva PAC, ¿la menos común?

A principios de año entró en vigor la nueva PAC. Una que viene a continuar con el desacople de las ayudas comunitarias en función de la producción y la misma que convergerá las áreas agronómicas de España, que pasará de tener más de 50 a poco menos de una decena. Ahora, la compensación económica irá regida por la cantidad de territorio y las áreas agrónomas se unificarán sin criterios como el orográfico.

AGRO MALAGUEÑO
De izqda. a dcha. José María Losantos, presidente del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga; Baldomero Bellido, presidente de ASAJA Málaga; David Delgado, director de Vida Económica; Rafael Sánchez de Puerta, director general de DCOOP, y Samuel Ruiz, redactor de Vida Económica.

«Los ganaderos caprinos que tienen poca base territorial se ven mermados porque ahora se les dice que cobran mucho por hectárea, cuando antes estaba ligada a la producción», ejemplifica el presidente de ASAJA, Baldomero Bellido, quien cifra la reducción de las ayudas en torno al 30% y se muestra contundente: «Con esta nueva política, a Andalucía se nos clasifica en igualdad con otras comarcas que eran menos productivas».

«Es una política desincentivadora con el tamaño, perjudica a partir de una pequeña superficie y va a hacer que se modifiquen las estructuras de explotación», argumenta en la misma línea el director general de DCOOP, Rafael Sánchez de Puerta, quien lamenta que esta reforma de la PAC sea «la primera que no defiende el reparto presupuestario entre comunidades autónomas».

«La regulación la hace alguien que no sabe absolutamente nada de dónde está el sitio»

El condicionante verde de la nueva reforma es otro de los obstáculos que se ha encontrado la agricultura malagueña. «Obliga a hacer determinadas prácticas que no son posibles porque merma la producción «, alerta Bellido, quien confirma que numerosos agricultores no van a solicitarla por este motivo.

En este sentido, José María Losantos (Vinos de Málaga) denuncia la falta de conocimiento sobre el territorio por parte de los legisladores: «Se van a tener que poner cubiertas vegetales donde el cultivo no lo aguanta». A lo que Sánchez de Puerta (DCOOP) añade: «Las nuevas exigencias medioambientales tienen poca base científica y tecnológica».

La sed del campo malagueño, en estado crítico

Y sigue sin llover. «La problemática pasa por la operativa de Bruselas, pero también por el agua», interviene Losantos, quien apunta que el mercado de la provincia representa el 80% del comercio total de los vinos de Málaga. Producto fabricado a partir de un cultivo que tradicionalmente ha sido de secano: «Con un poquito de agua en momentos determinados es suficiente», explica.

El problema surge de la desertificación del campo malagueño, cuya sequía merma la producción tanto en el viñedo como en el otro secano por excelencia: el olivar, cuya cosecha en 2023 va a ser «caótica», según DCOOP, empresa con una facturación que superó los mil millones de euros el año pasado.

AGRO MALAGUEÑO

Las 130.000 ha. de olivar facturaron en 2022 cerca de 180 millones de euros frente a los 147 millones de las 10.000 ha. de subtropicales

¿Pero qué soluciones concretas existen? Pocas realizadas y muchas ejecutables. «Todo lo que se habla de embalses se traduce en ideología y no en el sentido común», lamenta Baldomero Bellido (ASAJA), mientras Sánchez de Puerta pone de ejemplo el potencial transformador que ha ejercido el Embalse de Alqueva sobre la comarca de Alentejo (Portugal). «Cuando lo proponemos en España nos dicen que no les dejan desde Bruselas y vemos cómo esa infraestructura ha cambiado completamente el sur del país», añade el mismo protagonista.

Las consecuencias inmediatas se traducen en tierras de secano abandonadas por falta de rentabilidad e incluso el trasvase de cultivos tradicionales de secano a regadío, como en el caso de algunas explotaciones de olivo. «Con lo que se está tirando al mar se podría estar regando hasta 30.000 ha. de olivar. Si eso requiere de rebombeos, tendremos que tener buenos proyectos a largo plazo, pero ningún político quiere abordarlos», denuncia Sánchez de Puerta mientras el presidente de la D.O. Vinos de Málaga asiente y afirma: «Es más caro el problema que nos viene por no regar que las infraestructuras que podríamos crear».

Uno de los proyectos que tiene como horizonte el año 2027, el embalse del Guadalmedina, lleva trabajándose desde 1995. «Otra obra muy necesaria es el embalse de la Concepción, todos los años se llena y todos los años se vacía», recuerda Bellido (ASAJA), quien también manifiesta la necesidad de reformar la red de saneamiento de la Costa del Sol. «Se hizo pegada al mar y tiene una salinidad alta que no es óptima para el riego», puntualiza. La conclusión es unánime: «Estamos en un momento absolutamente crítico, hay soluciones, pero falta voluntad».

Voces del sector

AGRO MALAGUEÑO

BALDOMERO BELLIDO,
Presidente de ASAJA

“Málaga es referente internacional a nivel organizativo a pesar de no tener tanta producción como otras localizaciones”

 

 AGRO MALAGUEÑO JOSÉ MARÍA LOSANTOS,
Presidente D.O. Vinos de Málaga

“En Francia, tener un viñedo es ser un señor y aquí no se ha hecho pedagogía y hemos desprestigiado la agricultura»

 

AGRO MALAGUEÑO

RAFAEL SÁNCHEZ DE PUERTA,
Director general de DCOOP

“Los problemas de la agricultura también son de los consumidores porque hablamos de la estabilidad de toda la alimentación”

 

La escasa rentabilidad frena el relevo

Pura matemática: escasez de cultivo por falta de agua equivale a falta de rentabilidad. «Me preocupa ya no solo la continuidad del propio cultivo, sino de la persona», expresa Losantos, quien evidencia que un viticultor no puede vivir si se le paga 14 céntimos por kilo de uva. «El incremento desmesurado de los costes no se ha podido repercutir y no hay rentabilidad. No es que los productos vayan a escasear, pero sí están a punto», alarma Bellido.

Uno de los cultivos más rentables en la actualidad es el subtropical, pero también está estrechamente condicionado por el aporte de agua. «Debemos aprovechar las aguas de invierno porque cada vez son más irregulares y torrenciales y lo debemos corregir con infraestructuras», insiste Sánchez de Puerta.

La mitad de las exportaciones malagueñas son agro

Con todo, Málaga exporta al año en torno a 1.400 millones de productos agroalimentarios, el 52% del volumen total de las exportaciones de la provincia. Según datos de ASAJA, el aceite de oliva es el rey de la baraja, con el 70% de su producción nacional enviada al exterior de nuestras fronteras.

Cifras que concuerdan con el balance de la mayor empresa nacional de aceite de oliva, la propia DCOOP. «Vamos camino de que se exporten tres de cada cuatro litros que fabricamos», confirma Sánchez de Puerta.

Al reinado del aceite de oliva le sigue el mercado internacional de la leche de cabra (especialmente hacia Francia) o los cítricos del valle del Guadalhorce, que viajan con asiduidad al norte de Europa. Diferente situación vive el viñedo: «No tenemos producción suficiente», sentencia Losantos.

AGRO MALAGUEÑO

Los problemas añadidos a la tormenta perfecta

La nueva reforma laboral, cambios en las normativas o, incluso, la seguridad en el campo emergen como problemas añadidos. «Nos estamos gastando muchísimo dinero en seguridad privada y buenos seguros», coinciden los tres a pesar de elogiar la labor actual de la Policía y Guardia Civil. En otro orden, la mano de obra cualificada sigue siendo un problema transversal: «Tenemos una demanda importante por el desarrollo tecnológico», apunta Bellido, quien no quiere marcharse sin apoyar a la cinegética: «Es un suplemento a las explotaciones y también tienen una actividad ligada al control de daños de fauna asilvestrada».

Frases del consenso: La sequía

AGRO MALAGUEÑO

Las lluvias de otoño evitaron una catástrofe mayor. Sin ir más lejos, la cosecha de aceituna se va a reducir casi a la mitad. Por ello, es de consenso la sed del campo:

  • «Tendremos que corregirlo con infraestructuras».
  • «La gestión del agua es fundamental para el futuro de la agricultura malagueña»
  • «Es más caro el problema que nos viene por no regar que las infraestructuras que podríamos crear»
  • «Gestionar el binomio agua y energía nos daría unas posibilidades inmensas en el futuro»
  • «El cambio climático está ahí: vamos a tener aquí el desierto del Sahara en cuatro días»
  • «Con lo que se está tirando directamente al mar se podrían estar regando 30.000 ha. de olivar»
  • «O se hacen políticas disruptivas o vamos a tener tierras de secano abandonadas en poco tiempo»

 

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