Miguel Cabello duerme bien. “No tengo ojeras, ¿no?”, bromea el que siempre ha soñado en grande. Lo hace desde que de niño emprendiese un negocio que hoy es un grupo empresarial, Grupo Cabello, con 1.500 empleados.
«Si no llego a montar más empresas estaría muerto porque llegó la crisis económica [de 2008] y lo que hice fue poner los huevos en distintas cestas»
Tenía 11 años, acababa de perder a su padre y se fue a “hacer obligaciones”. La primera, de establecimiento en establecimiento “con un cubo y un trapo”. “Le limpiaba los cristales gratis y si le gustaba me quedaba”, recuerda. La última, de momento, facturar 50 millones de euros al año. “Siempre lo he buscado…”, asegura el presidente de Grupo Cabello, que celebra su 40 aniversario.
Y todavía tiene clientes de entonces. “Lo que funciona es el servicio al cliente y es lo que diferencia a día de hoy: la calidad y la atención que prestamos”. Eso y su carácter vanguardista. “Nosotros estamos siempre abiertos a la innovación con nuevos productos y tecnología”, afirma Cabello, que cita su primer hito: “Nadie sabía cómo hacerlo”. Habla sobre el acuchillado de parqué, una técnica de limpieza de esta superficie que enamoró a los servicios centrales de Inditex. “Empecé a acuchillar el parqué de sus tiendas en toda España. Incluso trabajamos en su central de Arteixo”, rememora.
Hoy, Servilimpsa trabaja en casi todas las tiendas de Inditex del este de Andalucía y mantiene cuatro oficinas repartidas en Galicia, Sevilla, Ceuta y la propia Málaga. Desde estas coordina los servicios de mantenimiento y limpieza de empresas y comunidades de toda España cuya maquinaria depende del trabajo: “Si es centro comercial es con sus máquinas”, explica. Eso sí, siempre con un modelo B2B. “Es el modelo que creemos que más va a crecer del grupo en los próximos años”, comenta Cabello en esta entrevista con Vida Económica. Y es que la crisis económica de 2008 inauguró un nuevo episodio con la matriz Servilimpsa como germen de una ramificación empresarial con gajos en hasta siete sectores diferentes.
«La innovación, el producto ecológico y la reducción de la huella de carbono son factores importantes y estratégicos en el sector de la limpieza y mantenimiento»
“Si no llego a montar más empresas estaría muerto porque llegó la crisis económica y lo que hice fue poner los huevos en distintas cestas”, detalla. La primera empresa paralela a Servilimpsa fue Servihonda, que se ha convertido en la tienda líder nacional de la firma japonesa y cuya hermana acaba de abrir en Barcelona: Servihonda Barcelona. Luego llegaron marcas como la tienda de bicicletas Cabberty, el servicio de tecnología de vigilancia NPS Seguridad o el de gestión de residuos sanitarios con Nantia. Sin olvidar el restaurante Volcánico, Sertiver Energía o el proyecto de más reciente creación, Servilimpsa Seguridad, con ya más de un centenar de vigilantes de seguridad en plantilla. Ahora, estudian una iniciativa inmobiliaria todavía por anunciar.
“La limpieza y las motos son industrias estables, pero en momentos de dificultad tienes las otras empresas que son de diferentes sectores, la idea es aprovechar esa economía a escala”, puntualiza Cabello, quien corona un organigrama que se distribuye en distintos gerentes de las citadas empresas que comparten el mismo departamento de marketing y recursos humanos y que están supervisados por dos figuras más en la cúspide: un controller y un asesor financiero. “Busco a los mejores de cada sector para que sean mis directores o mis socios en los procesos de absorción o asociación para que conmigo haya gente que conozca muy bien el sector”, explica. En cuanto al perfil de los trabajadores, asegura que el índice de rotación es bajo, incluso una de las personas con la que comenzó sigue limpiando para Servilimpsa. “Puedes pensar que hay mucha rotación, pero la gente se queda porque se le trata muy bien y, además, reservamos todo el personal de cada licitación”.
Sectores dispares, pero a menudo con intereses transversales. “Una demanda de un cliente puede ser solventada con otro servicio que nosotros proveamos. Nuestro trabajo es darle un servicio integral al cliente para que su inmueble esté completo”, sentencia Cabello, quien no pierde el sentido del humor: “Incluso le podemos vender una moto”. Combustible insiste en que todavía guarda para un largo recorrido. “¡Me quedan 20 años!”, repite. Con la misma energía que el primer día, “pero con más cubos y más fregonas”.
¿Ha tenido vértigo alguna vez?
El empresario lo lleva por dentro. No hay que tener miedo a montar una empresa, lo que hay es que ser paciente y esperar 10 años para ver frutos. Tienes que pensar en el proyecto, no en el dinero. Como pienses en el dinero tienes que cerrar mañana.¿Qué le queda?
¡20 años! Me queda trabajar mucho. El objetivo este año es, a pesar de mi gen emprendedor, consolidar el grupo para que experimente un crecimiento estable y constante. Queremos crecer en torno al 20% interanual.¿Tiene estudios?
La calle. Todo lo he aprendido ahí. Hay gente que lo llama intuición, pero es mi experiencia de estar 30 años en la calle, que me permite ver una oportunidad detrás de un muro. Me he llevado muchos palos, claro, pero lo importante es ir siempre con la verdad por delante y cumplir con el cliente.¿El emprendedor se hace o nace?
Creo que se nace. Tengo el emprendimiento metido al 100% en mis genes. Siempre he pensado que lentamente todo llega porque tenía muchas ganas de hacer cosas y trabajar. Cuando monté Honda, todos mis asesores me dijeron que no era el momento… cuando no es el momento, es la oportunidad.
«A eso que llamamos intuición es mi experiencia de 30 años en la calle»
Miguel Cabello (Málaga, 1965) no quiere ser otra cosa que no sea estar vinculado a la esfera empresarial. “Si no hubiera sido empresario, hubiera sido director general de una compañía mirando al 100% por ella y luchando para que se levantara”, insiste, mientras repite que todavía le quedan 20 años de trabajo a velocidad de crucero. “Me ha pasado que me he unido con socios que no me han podido seguir el ritmo”, presume.
Y sin haber pasado por ninguna escuela de negocios. La calle le ha desarrollado el olfato. “Me fijo mucho en quién está detrás del negocio y Honda es una empresa que tiene un equipazo”, explica sobre su primera apertura más allá de Servilimpsa. Un acierto que ni el coronavirus se ha atrevido a frenar: “Ten en cuenta que faltaba stock, pero por otro lado, con la subida del precio del combustible la gente se volcó en la moto, y más en una plaza como Málaga con su meteorología”, sentencia. Una intuición forjada en la calle.
La tecnología en el sector servicios
“Puede resultar paradójico que una actividad tan simple tenga innovación”, advierte Miguel Cabello, presidente de Servilimpsa. Los principales procesos tecnológicos de la marca de limpieza y mantenimiento se enfocan en el uso de nuevos productos y nuevas técnicas de limpieza. “Conforme van avanzando los sistemas de construcción también adaptamos la forma de limpiarlos”, ejemplifica. El apartado ecológico en el uso de los productos y la reducción de la huella de carbono son otras de las líneas de innovación en las que trabaja el departamento de Calidad.
“Si las empresas están preocupadas por eso necesitan un proveedor acorde a su filosofía”, afirma Cabello, quien también expone cómo ha reducido los recursos hídricos en esta época de sequía.
Paralelamente, la tecnología también está al servicio de la gestión de ventas. Grupo Cabello trabaja con una base de datos de clientes que favorece lo que se denomina venta cruzada. “Hemos desarrollado una aplicación en la que el operario no solo firma y valora la actuación, sino que genera otro tipo de insights que pueden proporcionarnos información sobre nuevas líneas de negocio”. Un exhaustivo análisis de datos como el de la contabilidad de todas las empresas del grupo: “Conocemos al minuto y hasta el fondo cada servicio y cada margen con un análisis interanual e intermensual”, describe el presidente del Grupo Cabello.
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