Apple ha dado este lunes el pistoletazo de salida a su Conferencia Mundial de Desarrolladores (WWDC, por sus siglas en inglés) con una metáfora poco acertada. Aunque el gigante tecnológico ha transformado sus futuristas oficinas californianas en un circuito de asfalto para anunciar F1, la nueva película original de su plataforma de streaming, el evento de presentación de sus últimas novedades ha evidenciado que la compañía de la manzana mordida se ha quedado atrás en la feroz carrera comercial por el dominio de la inteligencia artificial.
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